Cuando dices que quieres ser escritor, ¿a qué te refieres? ¿Estás hablando de una afición o de labrarte una carrera en el mundo literario?
Si, al escribir, lo único que pretendes es pasar un buen rato contigo mismo mientras das vida a tus historias, entonces es bastante posible que este artículo no te interese. Si, por el contrario, estás pensando en forjar una carrera literaria, entonces quizá sea buena idea pasar los próximos minutos de tu vida conmigo.
Tu concepto de “éxito”
En su libro, The Marshall Plan Workbook, Evan Marshall plantea una interesante cuestión: ¿qué entiendes por éxito?, ¿qué es el éxito para ti? El autor nos cuenta que, a lo largo de su carrera, ha conocido a algunos escritores cuyo éxito muchos definirían como modesto y, sin embargo, para ellos ha sido más que suficiente. ¿Por qué?, se pregunta. La respuesta que nos da es una buena lección para todos, en especial para aquellos que pican alto desde el principio sin tener en cuenta lo escarpado de la ascensión.
Esos autores, Marshall se refiere a los que tuvieron éxito, fijaron unas expectativas realistas y acordes con lo que cada uno de ellos había definido como “tener éxito”, que no tiene por qué ser sinónimo de “convertirse en autor de best-sellers”.
Estoy segura de que éste es el mejor consejo que puede darse a todo aquel que sueña con labrarse una carrera como escritor.
En mi caso, hasta ahora he escrito por afición, pero en mi fuero interno sabía que eso acabaría por cambiar y que llegaría el momento en que me decidiría a dar el paso de intentar labrarme una carrera como escritora. Éstas que ves aquí no son mis primeras pisadas ni como administradora de un blog, ni como juntaletras y, aun así, sé que estoy empezando. Así que me tomo las cosas con calma y sólo miro al trabajo de hoy, a la entrada de hoy, a la escena que estoy escribiendo hoy. Cada día, un solo hoy.
Plantéate unas metas asequibles
Fijarse unas metas asequibles, tal y como recomienda Evan Marshall, es una buena manera de no llegar a abandonar nuestro deseo de convertirnos en escritores a causa de la frustración que nos provocaría no alcanzar las expectativas esperadas, por haberlas planteado desde el principio con una ambición desmedida y sin habernos armado antes con una buena dosis de paciencia, ilusion y disposición al trabajo duro, además de la fortaleza necesaria para seguir trabajando aun cuando al principio no se obtengan frutos.
Quizá haya quien piense que ésta es una actitud pusilánime: la que adopta aquel que no aspira a “todo”. Yo no lo creo. Establecer un objetivo factible puede darnos, una vez alcanzado, el empujón que necesitamos para fijar una nueva meta e ir avanzando, así, en pequeñas etapas que irán llevándonos cada vez más lejos. Lo cual, visto el tema del que trata la entrada de hoy, no es sino ir sumando éxito tras éxito.
¿Y qué es un objetivo factible?
¿Cómo fijo esas expectativas asumibles? La respuesta a esta pregunta es demasiado personal para que yo pueda aventurarme a dar una como la buena. Yo sólo puedo hablar por mí. En mi caso, sopesé la idea que Marshall acababa de esbozar y me di cuenta de que mis expectativas más inmediatas eran realistas, es decir, asequibles. Quería aprender cada técnica narrativa, practicarla, llegar a dominarla (las he estudiado mucho y continúo haciéndolo, luego meta alcanzada). Después quería abrir este blog (y ya está abierto), quería ir vertiendo en él cada uno de los conocimientos que voy acumulando y devolver a la blogosfera parte de lo mucho que he tomado de ella, quizá incluso llegar a crear, con las personas interesadas en él, una especie de comunidad literaria con la que compartir y de la que seguir aprendiendo. Y, por supuesto, deseaba escribir (y no pasa día en que no lo haga).
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Así que parece que voy en camino hacia ese primer éxito que me había fijado. No he tenido que convertirme de la noche a la mañana en una novelista “best-seller” para ver que mi sueño camina y para sentirme satisfecha con cada una de las etapas que voy alcanzando (y, sobre todo, para disfrutarlas mientras me dirijo hacia ellas).
Llegado el caso, ya habrá tiempo de mirar más arriba. De momento, yo me siento feliz.
En cuanto a ti…, quizá esto pueda ayudarte
Aunque no tengo respuesta porque eres tú quien debe definir las metas que deseas alcanzar, si puedo darte algunos consejos que he leído por la red y me parecen bastante lógicos y recomendables:
The 7-Step Business Plan for Writers
- Piensa dónde te gustaría haber llegado de aquí a un año y elige objetivos que estén a tu alcance.
- Reflexiona sobre esos objetivos y agrúpalos por temáticas.
- Prioriza: ordénalos según su importancia.
- Elige dos o tres objetivos principales. Estos son los que deben beneficiarse de la mayor parte de tu esfuerzo.
- Establece un programa para ellos y cumple con las fechas que hayas fijado para su consecución (sé realista).
- Diseña una plantilla en la que puedas incluir toda esta información para tenerla a mano y poder consultarla de un solo vistazo.
- Comprométete contigo mismo y cumple con el plan que te has fijado.
El escritor organizado
Pero si de verdad quieres organizarte bien para llevar a buen puesto tu carrera literaria, echa un ojo al programa de El escritor organizado. Lo diseñé para mí, para organizar y planificar mi carrera literaria y se lo pasé a unos cuantos amigos que, hicieron tan buen uso de él, que me animaron a sacarlo también para ti.
Aquí te cuento por qué es importante ser un escritor organizado.
Y aquí, del programa.
Y, por supuesto, ¡te deseo toda la suerte del mundo en tu carrera hacia el éxito! 🙂
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Referencia: The Marshall Plan Workbook, Evan Marshall.
Fotografía de portada: Rayi Christian, Unsplash.
Supongo que la respuesta correcta es que cada cual tiene su propia respuesta =^.^=
Yo soy una persona que funciona paso a paso. No podría decir que “aspiro a todo”. Simplemente me pongo metas a corto plazo. Como autor y como persona.
Muy interesante articulo, amiga Ana.
Un fuerte abrazo!
Hola Víktor.
Sí, cada cual funciona según le dicta su naturaleza. Yo antes era de las grandes soñadoras. Aún lo sigo siendo, pero me he vuelto más práctica. No se puede llegar al final con un sólo paso. Hay que marcarse metas pequeñitas e ir alcanzándolas. Creo que así hay más posibilidades de llegar al final.
Como le he dicho a Miguel Ángel, mi meta final es vivir de esto. No sé si la alcanzaré o no, pero no es la que ahora mismo tengo en mente. La que persigo en este momento es una sub(gran)meta que consiste en lograr llegar a vivir de mi escritura un tercio de la jornada laboral. Si lo consigo, me propondré aspirar a vivir otro tercio.
En el ínterin: metitas pequeñajas 🙂
Gracias a ti también por comentar y abrazos 🙂
Ana
¡Muy mal, Ana! Me has quitado la idea que tenia para una futura entrada, que también quería hablar de qué es el éxito para un escritor, grrrr….
Coincido contigo en lo de las etapas, pero siempre hay que tener la mente puesta en el futuro y ahí yo tengo una prueba del algodón en forma de dos preguntas que lanzo a todos los que queremos ganarnos la vida escribiendo.
1- ¿Serías feliz vendiendo un millón de ejemplares al año, te sentirías realizado/a?
2- ¿Y si vendieras ese millón al año, pero siendo el número 10 en las listas de ventas? ¿Te sentirías igual de realizado/a?
Analiza con honestidad tus respuestas, te dirán cómo mides realmente el éxito.
Mi granito de arena a otra excelente entrada.
¡Saludos!
Hola Miguel Ángel, ¿me he adelantado? oooohhhh, ¡cómo lo siento! ;-p ¿No sabías que me llaman Lucky Luck? ;-), pero espero ansiosa tu entrada sobre este tema. Siempre cuentas cosas muy interesantes.
Sobre tu pregunta… ¡caray un millón de ejemplares! Mi sueño no alcanza a tanto. Te diré cuál es la primera etapa de mi sueño: poder dejar al menos un tercio de mi jornada laboral y vivir ese tercio de mi escritura. Es el paso grande que persigo ahora mismo (y no me he puesto plazos porque en ese aspecto estoy a ciegas).
Pero para llegar a alcanzar ese “gran paso”, tengo primero que ir dando pasitos pequeños, fijarme diminutas metas. Por ejemplo, esta entrada es la primera que comentan dos personas. Para mí eso ya es un nuevo “triunfito”, y ayer alcancé el máximo de visitas del blog: estaba en 56 y llegó a las 59. Otro “triunfito”.
De momento me voy planteando las cosas así mientras mantento la mirada puesta a lo lejos en ese tercio de la jornada. Si llega ese día, será uno de los tres más felices de mi vida 😉
Pero no me voy sin responder tu pregunta: si vendiera un millón de ejemplares (tal y como lo siento ahora) estaría más que satisfecha. Por dos razones:
1. porque eso es un gran éxito como escritor y
2. porque “sería libre”. Supongo que un millón de ejemplares te da de sobra para vivir, y eso es lo que más deseo en el mundo (mucho más que ser número uno): ser libre, vivir de mí misma, no tener que trabajar sino para mí.
Saludos y muchas gracias por comentar. No sólo me gusta interactuar contigo es que (te aviso) me has dado la idea para una nueva entrada ;-p
Ana
He llegado a tu blog por casualidad al verlo en blogs en español. ¡Estoy encantada! ¡Mejor encantadísima con tu blog! ¡No tienes faltas de ortografía! ¡Pones los signos de exclamación e interrogación al principio de cada frase! ¡Me encanta! Aparte de la falta de tiempo me cansa tanto ver tanta patada al diccionario y a la gramática, que cuando he leído tu entrada ha sido como una relajación.
Mi idioma de trabajo es inglés, aunque soy española, porque mis clientes son de fuera, pero, quizás por eso, intento escribir correctamente, y ni en los What’s Up me salto un signo de exclamación, porque sé que después lo “olvidaré” en otro momento.
Dicho esto, cualquier estrategia es una buena estrategia si funciona. Tu estrategia te funciona, luego es una buena estrategia. Yo añadiría que siempre conviene tener un objetivo a largo o si prefieres a medio plazo, la razón es la motivación: cuando tenemos un objetivo grande pero motivador tenemos más energía, mejor actitud con el cumplimiento de cualquier otro objetivo, y nos ayuda.
Es decir, si tu objetivo es llegar a vivir de la escritura, lo que estás haciendo, tener este blog, estudiar técnicas, son en realidad pequeños objetivos parte de tu gran objetivo, o sea que vas por buen camino. Pero si te planteas cuál es tu gran objetivo, vivir de la escritura, y lo contemplas con el final en mente, te puede facilitar encontrar otros pequeños objetivos que a lo mejor te han pasado desapercibidos o que desde la otra perspectiva no puedes ver.
Seguiré tu blog, es muy interesante. Gracias
Hola Ana.
¡Aaaahhh, la ortografía! No está de moda, qué se le va a hacer,. Pero aún quedan reductos: No toda la Galia está ocupada por los romanos, ¡y yo soy de la Resistencia! ;-). Me alegra que mi texto te haya relajado.
En cuanto a tus planteamientos, estoy de acuerdo con ellos: yo me he fijado una meta a medio plazo (poder prescindir de un tercio de mi jornada laboral) y, para lograrla, voy marcándome pequeños objetivos.
De estrategias sé poco, de modo que mi método es el de ensayo y error. Pero no importa, así también se aprende y se llega, simplemente es más lento.
Me alegro de que la casualidad te haya traído por aquí y nos hayamos conocido.
Muchas gracias por tu comentario y… ¡la ortografía no ha muerto! No todavía.
Saludos y hasta pronto.
Ana
¡Buenos días, Ana!
Llevaba días queriendo leer tu nueva entrada pero hasta hoy no he podido.
Para mí ser escritor no es una opción. Yo no quiero ser escritor. Yo soy escritor. No puedo dejar de hacerlo. Veo historias continuamente. Que luego las cuente mejor o peor es en lo que me esfuerzo constantemente para no dejar de aprender y avanzar en ningún momento.
Estoy completamente de acuerdo con todo el post. Tanto el contenido como el tono y el mensaje general me parecen acertados y, lo que es más importante, me animan como escritor. Me gusta tu modo de presentarlo. Tengo la sensación de que somos dos escritores de “métodos” parecidos, al menos en lo que se refiere a organización.
Haces bien en los objetivos que te planteas. Yo siempre he pensado que mi gran fin es que las personas a las que conozco y a las que no conozco puedan leerme y disfrutar con ello. Creo que, paradójicamente, el camino sensato que tú te planteas es el mejor para llegar al éxito. Por eso te deseo suerte y constancia, aunque, por lo que he leído en un relato reciente, sé que ya cuentas con un arma fundamental: talento.
Muchos saludos y nos seguimos leyendo.
David
Hola David.
Y yo llevaba un par de días queriendo responder a tu comentario.
Parece que estamos bastante de acuerdo, sí. Incluso en lo que entendemos por “escritor”. A mí se me subieron los colores cuando en la biografía de Twitter puse: “escritora de novela policíaca”. Aún no he publicado (autopublicado, porque esa es mi opción, pero de ello hablaré en otras entradas) nada, lo cual no significa, no obstante, que no escriba: las historias y novelas policíacas, las escribo. Así que, tal y como decía en el librito que comencé a enviar a mis suscriptores con la newsletter de septiembre: Los cuatro pilares de la ficción, escritor es el que escribe. Lo de aspirante a escritor no existe. Estamos totalmente de acuerdo.
De modo que sí, soy escritora 🙂 Y cada día me cuesta menos verlo escrito en Twitter. Yo escribo y yo decido cuándo publicar.
Un saludo y gracias por comentar. Siempre son interesantes tus palabras (gracias también por la mención a mi historia, como ya te dije, me alegro de que te gustara).
Ana.