Tensión, eso es lo que engancha al lector durante el trascurso de la novela y le hace pasar las páginas y decirse Sólo un capítulo más y me voy a dormir. Por tanto, crear tensión y saber mantenerla a lo largo de toda la historia es una de las labores que mayor tiempo y esfuerzo deben consumir en nuestra tarea de escritores. Ahora bien, ¿cómo lo hacemos? ¿Cómo creamos tensión y, sobre todo, cómo podemos conseguir mantenerla página tras página para lograr que nuestro lector amanezca al día siguiente con ojeras? Hay varios métodos de los que los escritores echan mano para conseguirlo.
Cómo mantener la tensión en una novela
No adelantes acontecimientos
El suspense, y con él la tensión, se produce cuando el lector intuye que “algo va a pasar” y que va a pasar pronto. Por tanto, sé habilidoso y no le cuentes antes de tiempo nada que frustre tu esfuerzo por mantenerlo intrigado.
Pon en marcha el reloj
Coloca a tu personaje en una situación en la que el tiempo corra en su contra (y especifica ese tiempo: dos horas, tres días, quince minutos). Esta estrategia crea tensión de inmediato (mayor cuanto menor sea el tiempo del que dispone el protagonista). Si, además, le complicas un poquito más la vida colocando algunos obstáculos entre él y el objetivo que persigue, el lector pasará la página aunque se esté cayendo de sueño. Que no se te olvide ir restando tiempo. Angustia al lector haciéndol ver cómo corre el reloj.
Ten un control absoluto del ritmo
Utilizar un ritmo adecuado para cada parte de la historia es una táctica que, si se maneja con maestría, provocará resultados espectaculares en la creación e incremento de la tensión. En las historias bien escritas encontramos puntos culmen seguidos de momentos planos que vuelven a escalar y bajar sucesivamente con el fin de hacer interesante la historia que se cuenta. Un buen manejo del ritmo es la clave para lograrlo.
Cuando el personaje se enfrenta a un punto crítico en la historia, el ritmo se acelera; sin embargo, una vez que ha resuelto el problema y superado el obstáculo, la velocidad de la historia disminuye y se torna, como decíamos antes, llana. Una tregua para el personaje y el lector que aprovecharán estos momentos para tomar aliento, pero el autor ha de ser astuto y no debe permitir que pase demasiado tiempo antes de que tanto el uno como el otro se vean obligados a contener el aliento de nuevo. Tras ese breve respiro, vuelve a colocar una nueva dificultad en el camino del personaje y ésta, además, debe plantear una crisis mayor que la anterior. De nuevo, el ritmo se acelera, la tensión crece y ya tenemos al protagonista y al lector otra vez en el bote: Un capítulo más, sólo uno más y… ¡Ja!
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Juega con la longitud y estructura de las frases
La mejor forma de manejar el ritmo de la historia es la forma en que utilizas la sintaxis. Las frases cortas lo aceleran; las largas (y en especial las descriptivas) lo ralentizan. Si quieres que tu protagonista no tenga tiempo de respirar, ametrállalo con frases cortas y verbos de acción y que tensen la narración. Si lo que buscas es “desesperar” a tu lector y retrasar el momento crucial en el que un punto crítico alcanza el clímax, entonces desacelera el paso y haz que el lector no pueda contener la impaciencia por acabar la lectura de esos párrafos intermedios que han de llevarlo al momento culmen.
¡Los diálogos!
Sí, los diálogos son un extraordinario instrumento para crear tensión y elevarla hasta el punto que nos interese. Puedes hacerlo de forma directa, esto es, con una confrontación franca entre dos personajes y sin eufemismos que rebajen la tirantez entre ellos; o puedes utilizar una manera más sutil, obligando al lector a leer entre líneas e inferir, de las palabras que cruzan tus personajes, que algo gordo está a punto de pasar.
Con un buen diálogo puedes lograr lo que quieras. ¿Desdén? ¿Odio? ¿Traición? Con habilidad, puedes disfrazar la amenaza de una tormenta inminente que de un modo u otro afectará a tus personajes bajo la trivialidad de una conversación aparentemente intrascendente.
En resumen, si utilizas todos estos recursos con habilidad y los distribuyes con inteligencia a lo largo de la historia que estás escribiendo, conseguirás que la novela no sea plana, sino que esté llena de altibajos por los que el lector deba ascender y luego caer precipitadamente. Antes de escribir, planifica bien la distribución de las escenas y anota qué recursos vas a utilizar en cada una de ellas para crear tensión sin olvidar que, con cada página, y pese a los momentos de respiro que des tanto al protagonista como al lector, la tensión debe ir in crescendo.
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- Entrada anterior: Cómo evolucionan los personajes secundarios.
- Siguiente entrada: Cómo abordar el clímax de una novela.
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Fotografía: Rove Pest Control, MorgueFile
Comparto en la página Revista MoonMagazine.info
Gracias, guapa. MoonMagazine es de los mejores sitios donde una entrada mía puede estar 🙂
hola mucho gusto, pero yo tengo entendido que el ritmo es un orden temporal sobre una narracion de hechos, que tendria que ver la velocidad con el ritmo, si este significa orden ademas que es ciclico, como los fenomenos naturales que se repiten cada cierto tiempo. gracias por su respuesta
Hola Víctor.
Yo no creo que ritmo y orden temporal en los hechos de una novela sea lo mismo. Considero que el ritmo es la velocidad que otorgas a la narración, dependiendo de lo que la historia necesite en ese momento: más rápido, más lento… Con un ritmo que ralentice la narración de los hecho se puede, por ejemplo, incrementar la tensión que el lector sentirá al leerlo.
Un saludo y gracias por su visita y su comentario. 🙂
Hola Ana gracias por responder a mi pregunta, pero yo he leído otros artículo en donde dicen que no se debe confundir ritmo con velocidad que son cosas diferentes, no entiendo entoncs porque me dices que el ritmo es velocidad porque tbn he leído que una narración puede ser lenta y no por eso estar carecer de ritmo, me dan a entender que ritmo es otra cosa. Gracias
Hola Víctor.
Como te decía en mi anterior comentario, entiendo el ritmo como la “velocidad” que imprimes a tu narración, con momentos de mucha tensión, de aceleración de los acontecimientos, etc., y otros momentos más lentos, de introspección, por ejemplo, aunque no sólo. A veces, con una velocidad alta consigues la tensión que buscas; a veces la logras con una velocidad lenta, depende del momento de la novela en que te encuentres y de las sensaciones, emociones, etc. que quieras causar en ese momento concreto. Como te dije en mi comentario anterior, yo no entiendo el ritmo de una novela como el orden temporal en que suceden los hechos, sino en la velocidad, el modo de contar las cosas, etc. en un momento determinado de la novela. Con ello buscas el ritmo adecuado para la historia.
En cualquier caso, me gustaría aclarar, por si no quedó claro en el comentario anterior, que no utilizo “velocidad” como sinónimo de “rapidez”. Una velocidad de 120 km/ es rápida. Una velocidad de 10 km/h es lenta. ¿Qué necesita tu historia en cada momento? Unas veces acelerándola, otras frenándola, unas veces a través de la acción, otras a través de la introspección, unas veces con diálogo, otras con narración…, así es como vas creando un ritmo determinado. La velocidad que utilizas es uno de los mecanismos a tu disposición para crear el ritmo adecuado, pero no sólo, como ves, también hay otros.
Ok Ana gracias y dime cuando se dice por ejemplo en una película: está película no tiene ritmo o ha perdido ritmo allí da más a entender que fuera que la acción no ha avanzado, no evolucionó, esto tbn sería ritmo??, que la historia evolucione?? O se definiría como otra cosa.
Y tbn habrás visto el ciudadano Kane hay dos secuencias en donde por ejemplo los desayunos del matrimonio de Kane donde los años van pasando y ellos van cambiando en su relación y también las presentaciones de ópera de la segunda esposa de Kane en donde pasan varios meses en forma rapida. Estos años y meses que pasan de forma rápida tbn se llama ritmo o no?? Por qué en esas secuencias siento que el tiempo pasa rápido. Eso tbn es ritmo gracias.
Hola Víctor, sí, creo que si una película o una novela no tiene ritmo es porque falla a la hora de avanzar adecuadamente y no evoluciona de la forma más impactante para el lector (o directamente no evoluciona nada). No sabría contestar a las preguntas que me haces sobre Ciudadano Kane. Vi la película, pero hace millones de años y la verdad es que no la recuerdo. Lo siento :'(
Un saludo y gracias a ti por tus comentarios 🙂
Hola cómo estás Ana nuevamente por aqui, imagino que al decir que una historia pierde ritmo o no tiene ritmo, usan la palabra ritmo por convención, ya que según lo que me cuentas sobre el ritmo se refiere a la velocidad, entoncs no tendría que ver con que una historia se desarrolle o evolucione, son cosas distintas por qué muchas películas que he visto tienen velocidad (tanto lenta cómo rápida) y aún así los críticos dicen que no tienen ritmo o la han perdido.
Y cuando te dije que el ritmo era un orden temporal es por la definición que encontré en el diccionario:
Orden acompasado o temporal en la sucesión de las cosas, es su definición literal. Gracias ?
Hola Ana me faltó poner en mi pregunta cuando dices q se puede acelerar o frenar a través de la acción, o tbn con narración, que no es lo mismo?? Acción, narracion?? Cuándo se narra, se narra acción, no entiendo o son dos cosas distintas. Gracias