El final de una novela
Los finales deben ser a la vez impredecibles e inesperados.
Aristóteles.
Los finales son imposibles
Escribir un gran final para tu novela es misión imposible y, si además quieres que se adapte a los términos y convencionalismos del género “la misión acaba de ponerse más imposible”. El verdadero problema, la realidad, es que un gran final de novela es una paradoja: tiene que ser la consecuencia inevitable de todo lo que ha ido sucediendo, pero, al mismo tiempo, necesita ser impredecible.
- Si el final no es la consecuencia de los sucesos, el lector se sentirá engañado.
- Si el lector se huele el final, el libro resultará aburrido.
Pero tranquilo; esto se pone todavía peor.
El final es lo único que importa
El éxito de tus libros dependerá, casi exclusivamente, de lo buenos que sean tus finales. Una novela sin un gran final, es como un chiste demasiado largo y sin gracia. En la cabeza del lector, un mal final borrará todo recuerdo de cualquier gran momento que haya leído. No importará lo buenos que hayan sido los diálogos, le dará igual si los personajes eran simpáticos, profundos o divertidos. Si la pifias con el final, todo se irá al garete.
Debes usar tu mejor recurso para el clímax final.
Sin él, no tienes historia.
Robert McKee
Conseguir imposibles
Entonces…¿Estás listo para conseguir algo imposible? Porque si te soy sincero, creo que ya se han perdido bastantes libros por culpa de malos finales, ¿No crees?
La clave para un final adecuado es darle al lector
lo que quiere, pero no lo que se espera.
William Goldman
Pues nada, vamos a darles a nuestros lectores lo que desean, pero no lo que se esperan. Vamos a apretar el botón. Iniciemos el Protocolo Omega.
Los dos componentes de un gran final
Clímax
Todos los conflictos de la novela, los externos y los internos, convergirán en el clímax. Dependiendo de cómo sea tu historia, el clímax será una elección, una batalla, o las dos; sea como sea, tu protagonista estará luchando por alcanzar su objetivo durante el clímax. El protagonista puede ganar o perder, pero el clímax será irreversible.
Resolución
La resolución es un capítulo en el que cerrarás la historia, normalmente después del clímax. En él mostrarás los efectos que el desenlace ha tenido sobre el mundo, cerrarás cualquier cabo suelto y enfatizarás los efectos que la historia ha tenido sobre tu personaje. Mantén la resolución simple, pero no abrupta.
Si se trata de una historia de final abierto, puede que no quieras mostrar las consecuencias (puede que ni siquiera las sepas), dejando al lector con dudas. Aquí puede haber una sorpresa final para el lector. Sea como sea, no lo alargues más de la cuenta, o convertirás el clímax en un anti-clímax.
Lo más básico: lo que debes hacer en un final
- Muestra el clímax de la historia, no lo cuentes.
- El escritor tiene el poder de darle un final adecuado al lector. Puede incluso saltarse las exigencias del género.
- Nuestra historia debe suscitar una pregunta en el lector, y nuestro final debe responderla adecuadamente.
- Por ejemplo, si hay un misterio en el corazón de la historia, la resolución del mismo debería quedar clara al final.
El inevitable final
Asegúrate de que has dejado las cosas bien atadas para que tu final sea adecuado; no puede llegar de cualquier forma, ni por casualidad, tampoco por los actos de personajes aparecidos como por arte de magia.
Una vez tengas claro cómo será tu final, deberás volver atrás y revisar cada página de tu novela para asegurarte de que encaje con tu historia. Incluso un final inesperado deberá ser planeado con antelación. La reacción del lector ante tu final debería ser: ¡ajá! Y no: ¿eh? Las pistas que dibujan el final deberían estar repartidas por toda la novela. Si no las has dejado todavía, entonces vuelve atrás y ponlas.
Lo que tu audiencia busca es un final emocionalmente satisfactorio, y tu puedes ofrecerle eso mismo mediante la resonancia.
Resonancia
La resonancia se obtiene repitiendo imágenes y frases a lo largo de tu novela, haciendo que tus lectores recuerden a ciertos personajes, momentos puntuales y descubran el verdadero tema de la novela. Si puedes tener algunos símbolos que se repitan durante la historia y que aparezcan también al final, ayudarás a que los lectores se sientan satisfechos.
El final impredecible
Un buen truco para que tu final sea impredecible es tener varias opciones de antemano. Debe parecer en todo momento que tu personaje tiene todas las de perder, haciendo que tu lector piense: ¿Cómo va a salir de esta?
Una forma de conseguirlo es escribiendo varios finales alternativos. Puedes jugar con ellos, hacer una brainstorm y sacar tantos finales como puedas, tan locos como quieras. Elige el que te parezca mejor y escríbelo. Entonces vuelve a tu novela y deja pistas que señalen a ese posible final alternativo. Incluso si no tienes pensado usar ese final alternativo, deberías dejar todas esas pistas.
Se están quedando sin tiempo
Otra forma de mantener el misterio hasta el final es usar el truco del reloj o la bomba de tiempo. Algo que el lector ya sabe que sucederá durante el clímax, y con el que protagonista tendrá que lidiar…y puede que fallar. Por supuesto, si escribes novela negra, el truco de la bomba de tiempo se puede convertir, literalmente en una bomba. Aunque, por supuesto, no tiene por qué hacerlo. Puede ser cualquier tipo de presión, de callejón sin salida, de decisión.
La clave para usar el molesto tic-tac es:
- Ponlo a correr cuanto antes mejor.
- Mantén al lector informado de cómo va el reloj.
- Haz que parezca que tu protagonista es incapaz de vencer al reloj.
- Ofrece mayor información sobre los avances del reloj a medida que te acerques al final.
Algunos trucos para mejorar tus finales
- No te aceleres con el final. No te aceleres ni al escribirlo, ni lo aceleres sobre el papel. Tómate tu tiempo y hazlo bien.
- Trata de cerrar tantas historias como te sea posible antes de llegar al clímax y a la resolución, para evitarte un anti-clímax.
- Intenta enfatizar en el significado de la historia, durante el desenlace.
- Usa todo el potencial del lenguaje. Los párrafos finales son el lugar adecuado para las frases grandiosas, el lenguaje poético y las expresiones que marcan. Vigila el tiempo y el ritmo, juega con ellos.
Algunos buenos ejemplos en la literatura de espías
Si hay un maestro en la novela de espías ese es, sin duda, John LeCarré. Todas sus novelas guardan un mensaje y son sus finales los que te desvelan cuál es. Tienen un impacto emocional, mantiene la tensión hasta el final y sabe usar la resonancia como nadie, mediante sus imágenes y las frases que deja caer a lo largo de sus novelas.
Estos son los que él mismo considera sus mejores finales:
LeCarré suele tener unos arranques lentos, aunque es un maestro a la hora de crear personajes simpáticos; su lentitud forma parte de eso. Conforme avanzan, sus libros cobran velocidad y desembocan en unos clímax hilados a la perfección que nos atrapan emocionalmente, pues como lectores, acabamos creando lazos con sus personajes. Eso es lo que todos deberíamos alcanzar.
Protocolo Omega activado
Así que hemos construido un final:
- Inevitable, usando las pistas y las resonancias.
- Inesperado, gracias a las alternativas y a ese dichoso reloj.
Amigo mío, ¡misión cumplida! Ahora te toca a ti, ¿Qué crees que necesita todo gran final? ¿Qué ideas tienes para un final inesperado e inevitable?
Claro que antes de llegar a ese final, tienes que tener un argumento…, así que visita la web de Jaume Vicent (que es quien ha escrito este post), escritor y blogger, colabora en Ánimas Bardas y en Letras Inquietas, y tiene una novela en proceso de publicación, Las normas de Morgan, editorial Diversidad Literaria. En su web, Jaume te cuenta Cómo encontrar un gran argumento.
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Fotografía: Gratisography.
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¡Hola Ana!
Muchas gracias por dejarme un hueco aquí, la verdad que ya tenía ganas de devolverte el favorazo que me hiciste.
¡Gracias! Espero que os guste y que os sea útil.
Gracias a ti por colaborar con Detrás de un escrito, Jaume, y hacerlo, además con un gran artículo que estoy segura de que ayudará a muchos escritores.
Un abrazo y no te escapes muy lejos, que espero volver a ver algún texto tuyo por aquí pronto.
Un gran artículo sobre uno de los momentos más difíciles para todo escritor. Todo el proceso de escritura es complejo, pero así como de un comienzo depende que el lector quiera seguir leyendo o no… Del final depende cómo te recordarán…
A mi parecer el final es de lo más díficil. 😉
Gracias a los dos, Ana y Jaume, por este genial artículo!!!
Rebeka.
Hola Rebeka.
Efectivamente, si con el principio de la novela, el escritor se juega que el lector continúe leyéndola o no; con el final se juega el que el lector decida leer su próximo título… o no.
Así que, sí, el final tiene mucha importancia 🙂
Un saludo y gracias por tu visita y tu comentario.
¡Muchas gracias Rebeca!
Un final es muy importante, porque si toda la novela es maravillosa, pero el final no vale nada, será con eso con lo que se quede el lector. Un final increíble te puede levantar la peor de las novelas (y esto te lo digo a sabiendas, y si quieres más pistas: 100 años de soledad).
Pero, claro…tampoco puedes, ni debes descuidar la novela para centrarte en el final. Pero…los finales son especiales, es lo que hay (nos guste o no).
¡Un saludo Rebeca!
Al leer vuestro interesante artículo no puedo por menos que daros la razón; aunque, si lo analizamos en profundidad, todo en una novela es importante: el principio, el final, lo de en medio, la historia que cuentas y cómo la cuentas, los personajes que transitan por ella, los diálogos –tanto los externos como los interiores–, la portada, incluso la reseña de la cubierta es importante.
Insisto, todo, absolutamente todo en una novela, ha de brillar con luz propia, pues de lo contrario, tal y como vosotros mismos ya avanzáis en vuestro texto, nos costará mucho volver a enganchar a un mismo lector a un segundo libro escrito por nosotros.
Así pues, está claro que antes de publicar hay que andarse con pies de plomo, y atar bien atados todos los cabos sueltos. Sin embargo, tampoco podemos irnos al otro extremo, es decir, al de las correcciones interminables, al quita y pon continuo, al reescribir enfermizo y dubitativo; pues de este modo jamás conseguiremos publicar nada –y sé de lo que hablo–.
Me viene a la memoria una frase que en su día dijo Sting a propósito de uno de sus discos: «Cuando un artista lanza un disco al mercado en realidad lo que está haciendo es abandonarlo, pues si de nosotros dependiese nos pasaríamos corrigiendo y mejorando las canciones y las interpretaciones incluidas en él hasta el infinito».
Yo mismo he leído libros de reputados escritores que incluyen pequeños fallos de redacción o de ortografía, y, lejos de cabrearme, me lo he tomado como un rasgo de personalidad, como un rasgo de “humanidad”; porque, no lo olvidemos, los escritores somos seres humanos y, como tales, también nos equivocamos. Lo importante –al menos en mi caso–, es que la historia que el autor me intenta contar consiga engancharme, que los personajes tengan “alma” y que los diálogos me resulten brillantes, sean reales y creíbles o increíbles y alejados de la realidad. Yo a un libro no le pido que me cuente lo que ya puedo ver con mis propios ojos en mi día a día. Al contrario, le pido que me abstraiga de ella, que me haga soñar, que me haga volar la imaginación, que me haga desear estar allí, con esos personajes de papel y tinta, en el lugar y el tiempo en que está basada esa novela o cuento corto que estoy leyendo. Eso es para mí, en esencia, la literatura: abstracción de la realidad.
Disculpad la perorata. Se ve que hoy tenía ganas de teclear.
Aunque ya lo he dicho al principio, insisto: el artículo me ha resultado interesante; tal y como nos tenéis acostumbrados en esta casa. Gracias, Ana. Gracias, Jaume. Un abrazo. 🙂 (A ver si me sale el emoticono)
Hola Pedro.
Efectivamente, uno de los mayores obstáculos con los que tiene que lidiar el escritor perfeccionista es esa manía inerminable de buscar y buscar y buscar continauamente la manera de mejorar su texto. Yo creo que, en ocasiones, esa perfección compulsiva no es sino una forma de retrasar la publicación a causa del miedo a fracasar. Yo misma me veo envuelta en ese nudo gordiano, a pocos días de la publicación de mi primer volumen de Carter & West. Si bien, hay algo de lo que he intentado mentalizarme desde el momento en que decidí que autopublicaría mis historias: Al que le guste, bien; y al que no, pues también. No puedo obligar a nadie a que le guste lo que escribo.
Hoy, precisamente, tuiteé un enlace a un artículo curioso (parece que Dios va guiando mis caminos y desbrozándolos para que mis inseguridades no me detengan): Tres formas de evitar que sabotees tu propio libro antes de publicarlo. Se trata de un articulito que me ha venido al pelo para recordarme el lema con que he decidido dirigir mi camino en esto del mundo de la escritura.
Pero cambio de tercio, que parece que he venido aquí a hablar de mi libro, como Umbral. Es cierto que todas las partes que integran una novela son importantes. Ahora bien, con el principio te juegas que el lector siga o no leyéndola; con el final, que lea o no tu próximo título. Lo cual no quiere decir que uno deba tomarse el desarrollo a la ligera 😉
No te disculpo la perorata porque me encanta leerte. Y, sí, te ha salido el emoticono 😉 ¡Qué rápido aprendes! ;-p
Un abrazo y nos seguimos leyendo.
Soy muy novata en esto de la escritura. Busco crear algo… extraño, entre lo normal y lo paranormal, algo que se pueda definir como el día y la noche, que partido a la mitad pueda tener antónimos importantes, como alegría y melancolía, amor y odio, esperanza y sufrimiento. He intentado escribir un libro, en Wattpad, una página web para escribir novelas, y no llego a los cien likes. Si lo pienso… ¿por qué quiero escribir una novela? ¿Será que tengo celos de E.L.James?¿De Suzanne Collins?¿Verónica Roth? O simplemente… ¿busco un éxito imposible?
A veces, cuando estoy sentada en mi jardín, veo una hormiga, y pienso cosas como que podría picarme, crearme una herida mortal, y luego veo un caracol, y pienso que él podría curarme esa “gran herida” con sus babas. Si pienso semejantes tonterías, ¿por qué cuando me pongo a escribir de verdad, no me viene nada a la cabeza? A excepción de lo normal, claro. Siempre me pregunto qué es lo que inspira a los grandes autores, dudo que estén todos locos y oigan voces y todo eso. Por ejemplo, Jonh Green. ¿Qué tiene ese tío? Su famoso libro de Bajo la Misma Estrella…. ¿tiene algo fuera de lo normal? ¿Qué llamó a los lectores? ¿Una chica que no puede respirar y que se enamora, eso?
Me encantaría que me ayudaras a comprender la mente de un buen escritor. Puede que si me lo dices desveles algún secreto, y si es eso dímelo, dime que hay un secreto, pero no me dejes a oscuras en mi cabeza opaca.
Creo que… los humanos somos todos iguales. Puede que Albert Einstein, o como se escriba que no lo sé, tuviese algo especial, vale, pero el resto de la gente… somos todos iguales. Quizás los que tienen éxito hicieran trampas, como ir a academias de escritura(si es que existen)o que tengan un pariente loco en casa que les diga cosas irrealistas, pues yo creo que tengo buena mente, sé sacar cosas útiles de ella, pero cuando de verdad necesito crear locuras, me quedo como el folio recién salido del paquete.
Perdón por la tabarra esta, pero el comentario de Pedro me animó a escribir todo este rollo.
Si hay remedio, dímelo porfavor, y si no lo hay, dime que no lo hay, pero no me dejes en ascuas.
Very Muchas Gracias, besitos.
Hola Yadhira.
Por qué buscas escribir una novela sólo te lo puedes contestar tú a ti misma. Yo no puedo hacerlo. Puedo contarte por qué escribo yo, pero no por qué lo haces tú. Quizá sería un buen ejercicio de reflexión sobre el que podrías escribir.
Tampoco te puedo ayudar acerca de qué es lo que hay en la mente de un buen escritor. Al igual que Einstein en el campo de la física, hay genios literarios; pero son la minoría. Fíjate, ya que sacas a relucir la figura de Einstein: era un magnífico físico, sin embargo, no era un buen matemático. Ya ves, cada persona tiene un don. Y, en cualquier caso, Einstein trabajaba mucho.
A los que no tenemos un don especialmente fuerte, sólo nos queda aprender, aprender, apreder y practicar, practicar y practicar (además de leer muchísimo). En estos tres pequeños secretos basa su éxito la gente que lo alcanza. Yo no escribo igual ahora que cuando tenía 20 años. Te lo puedo asegurar. Escribo infinitamente mejor. ¿Y por qué? Porque he madurado, porque he practicado, he leído como si la vida me fuera en ello y, también, porque he aprendido, tanto de manera autodidacta como a través de cursos y talleres. Ir a una escuela de escritura no es hacer trampas. ¿Acaso hace trampas un violinista porque ha ido al Conservatorio? ¿Y un pintor porque ha estudiado Bellas Artes? La escritura también se aprende. Yo he tomado varios talleres y ahora mismo sigo un máster de novela. Incluso imparto clases en dos talleres de novela policíaca. ¿Por qué le llamas “hacer trampas” a aprender?
El remedio que buscas acabo de dártelo, aunque le faltan dos ingredientes: paciencia y perseverancia.
Un saludo 🙂 Y gracias por tu visita y tu comentario 🙂
Hola de nuevo, Ana.
Dije lo de las trampas para que me entendieras, que con ayuda se podía conseguir, pero que no todos disponemos de esa ayuda, en mi caso, dispongo de mis libros e internet.
Sobre lo de aprender, practicar y leer, hice las dos últimas, pero no sé como aprender; copio un poco inconscientemente la manera de hablar de muchos autores, pero no tengo ese “toque” para darle la vuelta a las cosas, como explicas arriba. Mi historia tiene argumento, pero muy flojo. Con cada capítulo dejo en ascuas al lector, y consigo enganchar, eso sí, pero lo de la trama, acción y tal… no sé, buscaré más a fondo en mí. No tengo ni la menor idea de si tengo un don o no, en la música soy bastante buena, aún que en la literatura (dependiendo de cual) tampoco soy horrible. ¡Menudo cacao tengo!
Haré ese ejercicio de reflexión, a ver si me ayuda. Tu dijiste que lo que escribías a los 20 años era mucho peor que lo que escribes ahora; preguntarte tus años sería poco cortés, por lo que me limitaré a tener paciencia, mucha, puesto que no llego a los 18 años, ni a los 15. Puede que esta información te choque, y pienses que solo soy una niña loca que sueña despierta. Si es así, siempre contesto lo mismo: soñar es gratis.
Me gustaría que me dijeras el título de alguno de tus libros, para leerlo. Podría ayudarme, no sé a qué, pero podría hacerlo. ¿Qué géneros escribes?
Muchas gracias por responder. Cuando dejo un comentario en algún sitio nunca contestan. Esto para mí significa mucho. Gracias de nuevo jajajaja.
Hola Yadhira.
Por tu respuesta, intuyo que eres muy joven de modo que tómalo con calma. Se tarda mucho en aprender a ser un buen escritor porque, sí, te lo aseguro: se puede aprender. Utiliza esos libros de con los cuentas e Internet. En la Red hay muchísima información (alguna es muy mala; otra, buena) que te ayudará a mejorar tu técnica.
Y, no, no creo que seas una niña loca que sueña despierta. Yo también he tenido tu edad, también escribía (o lo intentaba). Eran cosas horribles, pero eran pasos que tenía que dar para ir mejorando. Ahora miro esos escritos con ternura, porque fueron ellos los que me iniciaron en este apasionante mundo. Sin ellos, no estaría donde estoy. De modo que mucho ánimo y confianza. Ya te lo dije en el otro correo: trabajo duro, paciencia, persistencia y confianza en ti misma.
En cuanto a mis libros, estoy preparando el segundo. Pero el primero está disponible en Amazon. Es una serie detectivesca al estilo clásico y británico: “Carter & West” (puedes informarte más a fondo sobre ellos en este mismo blog, si te interesa).
Saludos y gracias por tu visita y comentario 🙂
Siempre he dicho que un buen final arregla una peli o novela vulgar, sin embargo, una maravillosa historia puede verse arruinada por un mal final. Es así. Y me Acabáis de dar la razón con este articulo, muchas gracias me a encantado leerlo. La verdad que muchas veces mis historias se en ocurren con transgresorrs e impresionantes finales, pero claro, lo difícil es insertarlos una vez creado el resto.
No es una buena técnica empezar por el final?
Muchas gracias por vuestro trabajo.
Un saludo
En efecto, Cherokee, lo es. Sobre todo si escribes novela policíaca. Hablo de ello en este post.
Un saludo y gracias por tu visita y por tu comentario 🙂