Un hotel en ninguna parte
de Mónica Gutiérrez Artero
Hace unas semanas ya tuvimos la fortuna de leer, aquí, en Detrás de un escrito, y a través de las propias palabras de la autora, un “secreto” de Mónica Gutiérrez Artero: el del hotel en el que se inspiró para escribir Un hotel en ninguna parte.
Hoy le toca el turno a la reseña de esta deliciosa novela. Después de leerla, seguramente no podrás resistirte al encanto de esta historia.
Referencia bibliográfica:
Título: Un hotel en ninguna parte.
Autora: Mónica Gutiérrez.
Lugar de edición: Barcelona.
Editorial: KDP Amazon.
Fecha de publicación: 2014.
Número de páginas: 186 (estimación)
Idioma: español.
Sobre la autora
Mónica Gutiérrez Artero nació y vive en Barcelona. Es licenciada en Periodismo por la UAB y en Historia por la UB. Su carrera profesional se ha desarrollado en el ámbito de la comunicación, pero en la actualidad se dedica a la enseñanza y a charlar con buenos amigos de literatura en su blog Serendipia. También escribe novela, relatos y poesía. Debutó con Cuéntame una noctalia, en Amazon, y Un hotel en ninguna parte es su segunda novela. Las buenas críticas y ventas de “Un hotel en ninguna parte” han mantenido a la autora durante casi medio año en el Top20 de los más vendidos de Amazon.
Bibliografía
Cuéntame una noctalia, 2012
Un hotel en ninguna parte, 2014
Premios
2005 Primer Premio narrativa breve Bernat Metge.
2010 Primer Premio Universitat de Barcelona narrativa breve.
Libros
Sinopsis de la obra:
¿Quién dijo que las segundas oportunidades no podían ser las mejores? No importa lo mucho que te escondas: cuando el amor viene a por ti, te encuentra.
A Emma Voltarás no le queda nada: ni trabajo, ni casa, ni pareja. Por eso acepta una oferta para trabajar todo el invierno en El Bosc de les Fades, un hotel escondido en un bosque. Allí aprenderá que todo lugar extraordinario esconde secretos, pero ¿no es ese el mejor punto de partida para empezar de nuevo? Y es que cuando no te queda nada allí de donde vienes no tienes más remedio que seguir adelante.
Emma pronto descubrirá que la amistad puede encontrarse en cualquier lugar, por muy escondido que esté, quizás de la mano de una camarera de habitaciones hada madrina, o de una niña extraordinaria, o de un viejo escritor necesitado de ternura, o de un cocinero que le abrirá las puertas de los escenarios, o de un surfero que se hace mayor a su pesar, o de una jardinera susceptible; o, quizás de la mano de un hombre huraño y maravilloso capaz de devolverle la ilusión por volver a bailar sobre zapatos de cristal entre las flores de un jardín encantado.
Sin mapas.
Sin prisas.
Sin condiciones.
Ven a perderte en El Bosc de les Fades..
Comentario:
¿Quién había dicho que la novela epistolar no estaba de moda? ¿Quién, que era un género desfasado? ¿Quién, que hoy en día no se podía escribir así sin convertirse en el hazmerreír del panorama literario? Si alguien lo dijo alguna vez, Mónica Gutiérrez hizo caso omiso y, con Un hotel en ninguna parte, demostró que se puede escribir extraordinaria novela epistolar en pleno siglo XXI.
Apoyándose en los correos electrónicos de dos personajes, los hermanos Brooks, Samuel y Tristán, y en los de una joven violinista, Emma, que llega a El Bosc de les Fades en busca de su alma, perdida en una relación fracasada, y de su reencuentro con el amor por la música, Mónica Gutiérrez va construyendo una historia de amor, de amor humano y espiritual. Una historia en la que asistimos a la convalecencia de dos almas heridas, la de la propia Emma y la del escritor William Lexington, y a su recuperación final merced a la unión emocional que enlaza a los dos artistas. Una historia, también, en la que otras almas quebrantadas hallan finalmente la paz y la felicidad a través, de nuevo, del amor. Una historia dulce, contada con una sensibilidad capaz de construir una relación afable entre el libro y el lector, y con una sencillez que alcanza la excelencia.
Lo curioso de esta novela epistolar es que el lector nunca llega a ver la respuesta a los correos que Samuel, Tristán y Emma envían a sus correspondientes y, sin embargo, el genio de Mónica Gutiérrez nos traslada esas respuestas de manera tan natural e ingeniosa, que el lector se siente premiado con el despliegue de inteligencia y talento que exhibe la autora ante nuestros propios ojos. Increíble, pues, el manejo de la estructura que demuestra Mónica a la hora de construir una novela epistolar. Y todo ello armado con un magistral empleo de la voz narrativa, siempre en primera persona y a través de los correos escritos por Samuel, Emma y Tristán.
Una voz narradora, por cierto, en la que se alterna el tono íntimo de Emma con la aguda ironía de Tristán, y el del cómico y colorido cascarrabias con que se nos presenta a Samuel. Tras todos ellos se adivina la sensibilidad de una autora que ha sabido dotar a cada personaje de una personalidad y voz propias, y que es capaz de hacerlas llegar al lector con una facilidad tan pasmosa que asombra y deleita.
Un hotel en ninguna parte, es una novela deliciosa y creada, con una genialidad que roza la innovación revolucionaria de una nueva forma de hacer literatura, a partir de una adaptación de la literatura epistolar a los tiempos modernos. Es también una novela de amor, de búsqueda personal, de reconstrucción del alma, hecha pedazos. Es una historia cómica, irónica, dulce, triste, alegre, divertida, encantadora y, sobre todo, una historia que te pellizcará el corazón.
Muy, muy, muy recomendable.
Puedes encontrar a Mónica Gutiérrez Artero en:
Su Web.
En Facebok.
Y en Twitter.
Esto es todo por hoy. Espero que no sólo os haya gustado la reseña de Un hotel en ninguna parte, sino que también os haya picado la curiosidad y le deis una oportunidad a esta novela. Si tu espíritu es sensible a la belleza, te encantará.
Mientras tanto, intentaré conseguir una entrevista con Mónica que estoy segura de que, visto lo que esta autora guarda en su interior, será sustanciosa y entrañable. Hasta entonces, amigos.
Muchas gracias, Ana, es una reseña estupenda, me has dejado boquiabierta. Te lo agradezco mucho, sobre todo que destaques la diferenciación entre las tres voces de los protagonistas, era una de mis mayores preocupaciones cuando escribía y nunca estuve segura de haberlo conseguido. En cuanto al género espistolar, confieso que siempre me ha encantado, pero comprendo que a muchos lectores les resulte un punto en contra antes de abrir la novela (de hecho una editora me recomendó que no dijese que era epistolar cuando presentase la novela en las editoriales, por si acaso).
Gracias por tus hermosas palabras, me guardo esta reseña como oro en paño, de las mejores que he leído. Además para mí tiene doble valor porque viene de una gran escritora como tú. Un besazo.
P.D.: Me tienes a tu disposición para entrevistas o lo que se te ocurra (pero me vengaré).
Gracias a ti, Mónica, por escribir un libro como éste. Me encantó de principio a fin, no sólo por el fondo, sino también por la forma. Hacía muchísimo tiempo que no me encontraba con una novela construida de manera tan ingeniosa y, para rematarlo, además de ingeniosa magníficamente cuadrada. No dejas ni un hilo suelto en ese mundo epistolar en el que nos introduces.
Y, sí, tranquiliza tu preocupación. Las voces son tan distintas y están tan bien asociadas a cada personaje, que no necesitaríamos saber la firma de quien escribe para saber de quién se trata.
Me queda ahora tu otra novela (que fue la primera), a la que colaré en la lista, seguro, un día de estos 🙂
¿¿¿Vengarte??? ¡Oh, Dios mío!, ¿dónde está la salida de este blog….? 😉
Un abrazo grande y feliz domingo.
No sabía que Mónica era la autora del blog Serendipia.
He leído tu reseña y me has transmitido una gran curiosidad por esta novela que te ha parecido deliciosa y portadora de un gran sentido del humor. Me has convencido y desde ya me pongo a buscarla.
Un abraxo
Hola Juan Carlos.
Creo que no te decepcionará. Si buscas humor, la ironía de Tristán te arrancará carcajadas; y el gruñón Samuel, también 🙂
En cuanto al blog de Mónica…, ve preparándote a sacar la tarjeta de crédito. Yo siempre que me paso por allí, pico con alguno de los libros que reseña 😉 Jajaja.
Un abrazo y feliz domingo.
¡Menudo comentario! Me has hecho los ojos agua, como suelo decir jeje
Leí “Cuéntame una noctalia”, pero “Un hotel en ninguna parte” aún lo tengo pendiente.
Un beso y que pases una buena semana.
Espero que el agua en los ojos no sean lágrimas de pena… ni de risa 😀
Vamos al revés: yo he leído “Un hotel…”, pero aún tengo pendiente ese título tan sugerente de “Cuéntame una noctalia”.
Besos para ti también, gracias por la visita y el comentario, y feliz semana.