Mientras leía el libro de Damon Knight, Creating Short Fiction, me encontré con que el autor establecía una curiosa escala o peldaños por los que el aspirante a escritor debe ir ascendiendo hasta alcanzar la maestría, algo que él llama los cuatro estadios del escritor.
Por supuesto, como en todo oficio o profesión, alcanzar ese punto en el que la pericia se convierte en arte requiere esfuerzo, estudio y práctica. Todo aspirante a escritor debe asumirlo. Yo lo tengo asumido, pero lo cierto es que nunca antes había leído la gradación de estadios que propone Damon Knight y, me pareció tan curiosa, que he decido traerla al blog.
Los cuatro estadios del escritor
ESTADIO 1: cuando escribes para ti mismo
Según Damon Knight, en este punto de tu camino como aprendiz:
Todavía escribes para ti mismo y tus historias son, sobre todo, ensoñaciones que has tenido mientras estabas despierto. Estas historias te procuran placer con una especie de narcisismo que, sin embargo, aún no logra comunicar nada al lector.
Todos hemos pasado por ahí. Es una etapa feliz en la que tus primeros textos comienzan a ver la luz. Sólo tus ojos los ven, si acaso, también los de algún amigo que se sorprende por lo que has creado.
Tú, mientras tanto, cuando te enfrentas al resultado del trabajo, sientes que has logrado crear un mundo para esas ensoñaciones que dieron lugar al texto y te invade una satisfacción que, aún no lo sabes, tardará en volver si decides persistir en el camino que ha de llevarte a convertirte en un escritor.
El disfrute del placer que te produce ver tu ensueño hecho una realidad sobre el papel es humano y no hay ninguna razón para no disfrutarlo. Hazlo sin remordimientos, aunque todavía no conozcas la verdad: tu texto no le dice nada a un lector avezado.
ESTADIO 2: cuando la trivialidad domina tus textos
Después de esos primeros subidones de felicidad, has continuado escribiendo. Sin embargo, a medida que lo has hecho, has empezado a encontrar obstáculos que te pasaron desapercibidos en la primera fase. Escribir ya no es tan sencillo como parecía. A veces te encuentras frente al papel con un intenso sentimiento que deseas comunicar, pero que tu cerebro no es capaz de traducir en palabras
De acuerdo con los cuatro estadios del escritor que establece Damon Kinght:
En esta etapa te encuentras luchando por salir de la concha e intentando comunicar, pero tus historias todavía son lo que los editores califican como “triviales”. Aún no estás preparado para escribir una historia completamente desarrollada y sales del paso construyendo narraciones que sólo están a medio formar.
Aun así, cuando terminas esas historias, sigues pensando que tú vales para esto. Sabes que no alcanzan el punto al que desearías haber llegado y empiezas a “compararlas” con las historias que escriben otros, y a preguntarte por qué ellos sí pueden llegar a ese punto y tú no.
A veces miras tu texto y te sonríes. Sabes que es mejor que lo que escribías al principio y eso te arranca una sonrisa de nuevo, pero todavía no es lo que tú desearías y, lo peor, es que no sabes cómo arreglarlo. Hay cierta satisfacción en verlo acabado, pero ya no es esa otra que te invadió con una felicidad inmensa cuando acabaste tus primeros textos, en el estadio uno.
Y entoces es cuando empiezas a investigar. Necesitas conocer la respuesta a ese porqué. Quieres encontrar el elixir mágico que permite a otros construir unas historias que tú aún no sabes cómo escribir. Anhelas beber de esa ambrosía maravillosa y convertirte en uno de los elegidos.
ESTADIO 3: cuando la fragilidad de tu técnica aún no responde a tus necesidades
Has avanzado mucho. Probablemente no sólo has investigado por ahí, sino que te has decidido a realizar algún taller o cursillo de escritura y vas empezando a conocer los secretos del oficio.Según Damon Knight:
Llegados a esta fase ya eres capaz de construir historias, o imitaciones razonables, pero con frecuencia te ves atascado debido a problemas técnicos, normalmente relacionados con la fragilidad en la estructura de tu historia o de tus personajes.
Bueno…, ahora ya tienes la respuesta. Ahora ya conoces el sabor amargo de esa ambrosía que creías mágica. No hay otro secreto que no sea el estudio y la práctica. Pero este misterio que te ha sido revelado no es dulce como la miel, sino duro y rasposo. A veces se obtienen resultados aceptables que vuelven a arrancarte una sonrisa y que te proporcionan parte de esa satisfacción de la que hablábamos en el punto uno, pero son resultados que no sacian.
Lo mejor y lo peor de este estado es que sabes que tus problemas tienen solución, pero todavía no ves esa luz, al final del túnel, que te guíe hasta el estadio final.
Tranquilo. Sigue estudiando, continúa practicando. Escribe, escribe, escribe… y lo alcanzarás.
ESTADIO 4: cuando ya puedes vestirte de escritor profesional
¡Lo has logrado! Te empeñaste y lo has conseguido: has estudiado, has practicado, has escrito todos los días y analizado hasta la extenuación cada una de las correcciones que te ha hecho tu profesor. Y así, tras mucho tiempo y esfuerzo, por fin has resuelto todos esos problemas, al menos con la suficiente habilidad como para ir arreglándotelas, y te encuentras en un punto en el que ya puedes trabajar a un nivel profesional.
¡Qué felicidad!
Resulta que esos arcanos reservados a los elegidos están, en realidad, al alcance de “casi cualquiera” (no diremos que no hace falta también tener ciertas aptitudes para el oficio). Pero no todos son capaces de llegar donde tú lo has hecho. Se quedan en el camino, abandonan y te ven marchar hacia adelante.
Sólo llegan al final los decididos, los audaces, los que son capaces de emplear tiempo, sudor y lágrimas sin desistir hasta que el pie traspasa la línea de meta.
Damon Knight nos dice que hay otros estadios más allá del 4, pero:
Una vez que el autor ha llegado a ese punto, ya no necesita ayuda.
También nos dice, y esto puede que anime a algunos y desanime a otros, que él tardó veinte años en alcanzar la cuarta etapa. El tiempo que nos lleve a cada uno de nosotros, señala, depende de nuestra edad, experiencia, talento y suerte.
Lo importante de esta lección es que todo depende de ti.
De cómo avanzar en los estadios
Otro punto importante que toca Knight es el de cómo lograr salir del Estadio 1 y avanzar hasta el 2. Es curiosa la explicación y razonamiento que da para lograrlo. Damon Knight señala que:
El acto de escribir atrae a muchas personas como un medio para ocultarse, esconderse dentro de personajes imaginarios. Está de acuerdo en que, ciertamente, ocultarse es una de las partes de la escritura: todo escritor se esconde tras sus personajes; pero la escritura también es un modo para mostrarse. No importa si lo hacemos de forma voluntaria o involuntaria, lo cierto es que lo hacemos
Del estadio 1 al 2
Y, ahora llega su razonamiento con respecto al modo de conseguir ese paso del punto 1 al 2:
El joven escritor que inventa héroes dotados de gran inteligencia, belleza, fuerza y virtud es como un niño que intenta esconderse tras la puerta de una valla.
Todas estas ensoñaciones narcisistas han sido diseñadas para confortar y halagar a una persona: tú. Si permites que tus personajes persigan sus propios intereses y sean personas por sí mismas, la ensoñación se disipará, por eso es por lo que quiero que lo hagas.
En una ensoñación, el juego está “amañado” a favor del protagonista, porque ese protagonista eres tú. Esto está bien para una ensoñación, pero no hay ninguna tensión en una historia en la que todo ha sido arreglado para que juegue a favor el héroe.
De modo que:
Por favor, créeme: una vez que hayas aprendido a jugar con limpieza el juego de contador de historias, cualquiera que escribas será mucho más emocionante y satisfactoria que tu ensoñación.
Del estadio 2 al 3 y… al 4
Salir del Estadio 2 y del 3 es una cuestión de técnica, pero la técnica no te ayudará mucho hasta que no hayas superado el Estadio 1.
De modo que esforcémonos por superar ese primer estadio, por no permitir que nuestras ensoñaciones se hagan con el mando de la historia. Es un buen consejo el que nos da Damon Knight: proporcionemos una vida a nuestros personajes, permitámosles que tomen sus decisiones, que tengan su personalidad, su modo de ver las cosas y entender el entorno en el que los hemos situado. Dejemos que tengan vicios, dudas, flaquezas, igual que tendrán virtudes y fortalezas.
No queramos escondernos tras un personaje que hemos diseñado con las medidas de un superhéroe y nuestras historias serán mucho más vitales, verosímiles y, tal y como dice Knight, emocionantes y satisfactorias. Luego, ya tendremos tiempo de ir aplicando las diferentes técnicas a nuestros escritos.
Técnicas que habremos de aprender. No tengas miedo a “ir a la escuela”, no creas que es deshonroso. Salvo los grandes genios de la literatura (y quizá ni ellos), todos los demás escritores cuyas obras leas han pasado por las aulas, como lo hace un músico por el Conservatorio. Fórmate tal y como lo hace cualquier profesional de cualquier rama.
Por cierto que te animo a leer el post de Gabriella Literaria 9 cosas que le diría a la niña que empezó a escribir. Es el complemento perfecto a mi artículo: la teoría llevada a la práctica. Y no me olvido de otro artículo excelente, este escrito por José Pimat: Quiero ser escritor, en el que te explica con mucha claridad y sensatez sobre los pasos que has de dar para hacer realidad tu sueño.
Y si lo tuyo es la novela policíca, puedes empezar a estudiar por aquí: 😉
¿Y tú, escritor? ¿En qué estadio crees que te encuentras? Cuéntanoslo en los comentarios. Podríamos así entablar un debate interesante 🙂 Si, además, te ha gustado la entrada es posible que quieras compartirla con otros en las Redes Sociales. ¿Sí? 😉 Gracias.
Referencia: Creating Short Fiction, Damon Knight.
Fotografía: Eric Haidara, StockSnap.io.
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Curioso. Yo creo que estoy en el estadio 2, aunque el 3 y el 4 no los sabría distinguir muy bien.
Había leído el artículo de Gabriella Literaria y me pareció la mar de interesante. Mira que me cuesta leer artículos largos, pero los de Gabriella me los trago enteritos sin poder evitarlo jejeje
Un beso y feliz fin de semana!
Hola Bibliofilosis 🙂
Yo creo que estoy a mitad del 3, aunque no me atrevo a definir exactamente el estado actual de mi capacidad literaria, jaja.
A mí también me gustó mucho el artículo de Gabriella Literaria (suele hacerlos largos, sí, pero la mar de interesantes) y, cuando lo leí, pensé: esto es el complemento perfecto para mi entrada.
Un beso para ti también y disfruta el fin de semana 🙂
Gracias, Ana, por la referencia a mi artículo. Por supuesto, el paso 1 en el que insiste Knight es el más difícil de dar para cualquier autor que comience. Y es el más difícil porque es un proceso inconsciente. El autor no sabe que su creación es una proyección de su mente, de la que necesita liberarse si realmente quiere convertirse en escritor.
El decir… lo que suele decirse el escritor al comenzar su historia, por ejemplo, “quiero que mis personajes sean así o asá” es el reflejo racional de ese impulso inconsciente. Es como querer contarse un “cuento de hadas” a uno mismo. Los demás pasos son más fáciles de dar. Ni que decir tiene que para vadear el paso 1, simplemente hay que vivir… y dejar que las vivencias se vayan apoderando de tu ser hasta que tu propio ser deje de ser referencia alguna (en sentido literal). Sólo en ese punto serás capaz de crear personajes liberados de su “autor”. Parece un juego intrincado de palabras, pero no lo es. Si no llegas a superar esa fase (por decir algo, un 90 y muchos por ciento, no lo harán nunca), jamás llegarás a las fases más sencillas de dominio técnico, etc.
Yo hago una referencia extensa en mi manual sobre “Técnicas Narrativas Modernas”, en el primer capítulo sobre el “narrador”. Si no eres consciente de que tus personajes son una prolongación de ti mismo, y que el “narrador” eres tú mismo, es que aún estás en esa fase 1, de la que es tan difícil escapar, porque tiene mucho que ver con la madurez vital del propìo individuo, y esa muchas veces no tiene que ver con ningún aprendizaje, sino con la propia vida. Todo eso, por supuesto, no puede enseñarse ni explicarse en ningún taller literario, ni ningún libro te lo va a incorporar en tu cerebro, es simplemente “experiencia vital” sin la cual difícilmente vas a tener “algo que decir”. El “cómo decirlo”, paradójicamente respecto a lo que piensa la inmensa mayoría de gente, es lo menos importante.
Saludos a todos
Hola José y gracias por tu comentario, que se ha convertido para todos en una extraordinaria lección. Por cierto que invito a los lectores de este blog a que visiten el de José Pimat. Aprenderán mucho sobre escritura en él.
Respecto al comentario en sí, ¿qué puedo decir, salvo que inclino la cabeza ante un maestro? 😉
Un abrazo y gracias por compartir con todos tu mucho saber.
Qué curioso, siempre diré que escribo para mi mismo y que la gente, curiosa como es, se acerca al texto como quien se acerca a un fuego en el que se está contando una historia. El orador, al ver que ha entrado más gente, eleva la voz para hacer llegar sus palabras a los nuevos oídos que se calientan con la historia.
Diría, por tanto, que me encuentro en un estado 1 pero que, a su vez, es lo suficiente profesional como para que alguien ronde tu cerebro a la espera de que moquees tu próxima idea.
O, dicho de otro modo: si hay mercado para el batido de pis (India), entonces lo que yo pienso, y transcribo, tiene salida. Pero no suelo preocuparme demasiado. El que quiera sentarse al fuego de mis palabras, que coja una banqueta.
Yo diría que eres demasiado humilde, Marcos. He leído tu libro y, aunque escrito con un resgistro coloquial (el cual, por otra parte, es la elección perfecta para ese libro), tú estás más allá del estadio 1 :-p
Yo, desde luego, me acerco a tu hoguera e invito al que pase por aquí a que también lo haga. Aprenderá mucho 🙂
Un saludo, gracias por tu visita y tu comentario 🙂
Realmente ilustrativo este artículo, Ana.
En efecto, la escritura es una carrera de fondo. Se trata por supuesto de un esfuerzo continuado, pero además ese esfuerzo debe estar bien dirigido o será estéril. Por eso concretar en estos cuatro estados los periodos por los que atraviesa un escritor es una excelente idea. Nos ayuda a saber en qué punto estamos y qué deberíamos hacer para subir al peldaño siguiente.
Un post excelente, como siempre.
Saludos.
Gracias por vuestro comentario, Sinjania.
Así es: las prisas siempre son malas consejeras y quien que no esté dispuesto a ser paciente y constante, mejor que vaya abandonando la idea de convertirse en escritor. Como bien apuntáis, es una carrera de fondo. A mí me llamó mucho la atención esta “estratificación” en la carrera de escritor. Es bueno, creo yo, tener siempre presente dónde está uno y cuál es el siguiente punto a alcanzar. Así, esa carrera de fondo no se ve tan laaaarga.
Gracias por vuestra visita y vuestro comentario.
Un saludo y feliz día. 🙂
hola Ana.
Muy buen artículo, ahora leeré los complementos de los que hablas al mismo. Sin duda creo firmemente en el estudio y en la formación continua del escritor. En la exploración palpable de nuevas técnicas y estrategias para sorprender con las historias, y bajo mi punto de vista en muchos momentos atrás estamos atravesando las distintas etapas en todo momento y las preguntas que nos hacemos al respecto de lo que hacemos y si podemos hacerlo.
Nada mejor que la determinación y la visualización del.objetivo Final haciendo algo con una sola actitud: pasión en lo que hacemos y por lo que hacemos.
Hola JCSánchez.
Tu último párrafo resume perfectamente mi visión sobre el sueño de convertirse en escritor: objetivo claro, determinación y pasión por lo que se hace. Aunque, como bien apuntas unas líneas antes, también es necesario formarse. Formarse bien y continuamente, además. Luego viene lo de las etapas. Si se reúnen todos los elementos anteriores, esas etapas se irán superando poco a poco 🙂
Un saludo y gracias por tu visita y comentario. Feliz domingo.
Hola a todos,
Es la primera vez que participo, aunque suelo leeros. El post, estupendo, como siempre. Mis dudas se refieren a los estadios posteriores. En resumen, tras una vida entera en el 1, el año pasado recorrí los tres siguientes y me encuentro ahora con dos novelas recién publicadas en dos editoriales distintas, con una diferencia de un mes, y ¡me apabulla! ¿Cómo darlas a conocer? Pese a estar recibiendo estupendas reseñas, es difícil encontrar un hueco. Así que, ¿cuáles son los siguientes estadios, por favor? Se acepta cualquier sugerencia!!
Gracias,
Sara Mañero
Hola Sara.
Los siguientes pasos deberían conducirte hasta la maestría, aunque eso lleva muuuucho tiempo.
Con respecto a cómo hacerse un hueco en este mundo, creo que la respuesta correcta es tiempo y perseverancia. Dar a conocer tus novelas, sin hacer “spam” y, mientras tanto, seguir escribiendo y publicando. Creo que la receta es esa: “escribir, publicar, volver a escribir, publicar, escribir de nuevo…” Aunque, eso sí, siempre intentando mejorar. De nada sirve escribir mucho si no se presta atención al modo de hacerlo, en busca siempre la excelencia.
Muchas gracias por leer el blog y comentar.
Un saludo.