¿Eres un escritor organizado o dejas tu carrera al albur de los astros? Yo he sido del segundo tipo duramente mucho tiempo, hasta que me di cuenta de que en la escritura, como en cualquier otra cosa en la vida, o planificas y llevas un camino bien marcado o puedes terminar cayendo al fondo de un precipicio.
Hoy te voy a hablar de ello, ¿me acompañas?
El escritor organizado
Vivir es aprender…
Hace un año por estas fechas, me prometí que iba a programar todo mi 2017 a lo largo del último mes de 2016, pero no lo hice y es un error que he sufrido y lamentado a lo largo de los seis primeros meses de este año que está a punto de acabar.
Y la vida es una escuela muy buena
Resulta que a principios de julio me quedé sin trabajo. En otras circunstancias, lo habría tomado como un revolcón que habría puesto mi existencia patas abajo, pero una ya va teniendo una edad y con el correr de los años va aprendiendo lecciones muy valiosas, como por ejemplo que no hay por qué llorar por perder un trabajo que te maltrata y que perderlo, además, no sólo es una liberación, sino una oportunidad que te brinda la vida. Al final de mi novela, Muerte en los Hamptons, te hablo un poco de ello.
Pero hay que saber aprender sus lecciones
Pero, eso sí, aunque la vida es una buena escuela, hay que saber aprender las lecciones que nos da.
Yo he sido bastante obtusa en este menester durante muchos años, lo confieso, pero cuando a una la vapulean cada día acaba por aprender (ya se sabe eso de «la letra con sangre entra»), así que cuando en julio me vi liberada de la condena que venía sufriendo durante los últimos años, me dije: «Ahora o nunca. Esta es tu oportunidad para hacer realidad tu sueño y convertirte en escritora profesional».
Y, puedes creerme: me lancé a ello con toda el alma.
Aunque eso no basta…
No, claro que no: la ilusión, el trabajo duro y la fe en uno mismo no bastan. Por supuesto, son buenos pinches de cocina para ese plato tan especial que quieres preparar y que se llama tu carrera de escritor, pero no son suficientes.
Además del espíritu y las manos, hay que poner en marcha la inteligencia.
¡Y hay que tener un plan!
Así que me puse a organizar el mío en verano. No tendría una planificación anual, pero sí una para los últimos seis meses del año, lo que me permitiría no sólo conseguir mejores resultados, sino poner a prueba el tipo de organización que tenía en mente a finales de 2016 y que entonces no puse en marcha.
Y así nació el escritor organizado
Una pasada de plan que me ha permitido en estos últimos seis meses:
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- Escribir y publicar la segunda novela de la señora Starling (la primera salió en junio), Muerte en los Hamptons.
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- Escribir y publicar un nuevo libro de no ficción: Cómo construir el escenario de tu novela.
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- Planificar y escribir (me faltan unas 20 000 palabras para acabarla) la tercera novela de la señora Starling. Edito tiempo después: ya publicada, puedes encontrarla aquí: Crimen imprevisto.
- Empezar a planificar una nueva historia que quiero comenzar a escribir el 1 de enero de 2018.
¿Qué tal? No está mal, ¿eh?
Con él he conseguido
Además de esos “productos” tangibles, convertirme en un escritor organizado me ha ayudado en otros puntos más etéreos de los que, con las prisas y el estrés una no suele percatarse, pero que son fundamentales para llevar tu carrera como escritor hacia el punto que deseas alcanzar. Cosas como:
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- Ser consciente de ciertos errores que venía cometiendo, lo cual me da la oportunidad de evitar volver a tropezar en la misma piedra.
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- Tener un plan, además, me permite llevar controlada la dirección del “coche” y reajustar los parámetros que no funcionan cuando veo que me desvío del camino.
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- Hacer un uso mucho más inteligente y eficiente de mi tiempo.
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- Lo cual me ha convertido en una escritora muchísimo más productiva.
- Tener una visión más clara de hacia dónde voy, porque, sí, el plan que he diseñado incluye una planificación a corto, medio y largo plazo.
Sin esta visión global, es difícil que uno acabe en el lugar que desea alcanzar. Yo, hasta hace poco, tenía un punto muy poco definido en el futuro en lo que se refiere a mi carrera como escritora. Ahora sé hacia dónde voy y aunque el día a día sin duda me obligará a realizar cambios, estos siempre estarán alineados con el objetivo final.
Es decir, organizarme y diseñar una planificación de mi carrera como escritora me ha hecho, entre otras cosas, ser dueña de ella.
En una palabra: “control”
Ser un escritor organizado tiene muchas ventajas, como acabo de contarte ahí arriba, pero una de ellas destaca sobre todas las demás y se resume en una palabra: control.
Llevar un control exhaustivo de tu carrera literaria es imprescindible si quieres sacarla adelante. Y cuando digo exhaustivo me refiero a un control que vele por tus objetivos a medio y largo plazo, además del corto: el anual, el trimestral, el mensual, el semanal y el diario.
«¡Uuffff, qué cantidad de trabajo. Ya tengo poco tiempo para escribir como para emplearlo en hacer planes!».
¿Es eso lo que estás pensando? Pues déjame que te diga que te equivocas.
Tú eres el responsable de tu carrera literaria
¿Crees que el presidente de una empresa no es responsable de la estrategia y las actividades que se llevan a cabo en ella? Pues eso eres tú: el presidente de tu empresa que no es otra que tu carrera literaria.
Eres el presidente, el director general y el único responsable de tu carrera literaria.
¡Así es! Si ves lo de dedicarse a escribir como una profesión bohemia en la que el arte por el arte es suficiente razón, entonces no digo nada, pero si quieres llegar a ser algún día un escritor profesional, lo siento, pero tendrás que pasar por este aro y cuanto antes te convenzas, antes empezarás a recorrer el camino con paso seguro.
Tú eres el responsable de la estrategia general de tu carrera como escritor y, como tal, debes fijar metas, hacer planes y medir resultados.
Yo ya lo tengo claro
Desde 2014 estoy metida más o menos de lleno en esto y, a lo largo de estos años, he ido caminando unas veces más ligera y otras dando tumbos. Probablemente, si entonces hubiera tenido las ideas tan claras como las tengo ahora, habría avanzado mucho más deprisa y con paso firme, y estaría en un estadio más adelantado de mi carrera literaria.
Bueno, no voy a castigarme por ello ni voy a espolvorearme ceniza sobre la cabeza por mi torpeza. El caso es que he aprendido.
Por eso, durante este mes de diciembre estoy haciendo lo que no hice en el diciembre de 2016: estoy organizando mi 2018 con la vista puesta en 2022 (porque, sí, también tengo un plan a largo plazo).
¡Una pasada de plan!
Y para ello estoy utilizando esa pasada de plan de la que te hablaba un poco más arriba.
Me lo he currado a base de bien durante estos seis últimos meses, viendo qué necesitaba para tener una buena planificación, una clara visión de hacia dónde iba y en qué momento del camino me encontraba, con un control casi total de la marcha (no sólo en lo que se refiere a la dirección, sino también en cuanto a la velocidad).
Y de esa experiencia ha surgido El escritor organizado, un programa que me ha sido muy útil, que va a dirigir mi carrera literaria durante los próximos 5 años y que, a la gente que he utilizado como conejillo de Indias y lo ha probado le está encantando.
¿Y tú…, tienes clara tu carrera de escritor?
¿Sabes hacia dónde caminas? ¿Tienes claro el punto de llegada? ¿Has planificado la ruta? ¿Eres dueño y señor de tu destino literario?
Si estás decidido a hacerte responsable de tu carrera literaria desde este preciso instante, atrévete a ser un escritor organizado:
Si quieres más información, la tienes aquí.
Hola Ana:
La verdad es que soy un poco caótica. Me compro agendas que suelo rellenar los dos primeros meses, o peor aún, escribo lo que tengo que hacer y como no lo vuelvo a mirar se me olvida.
No sé si poniéndome plazos lograría conseguir acabar algo de lo que empiezo. Llevo mil cosas a la vez porque sino me aburro, y eso hace que me despiste a veces.
Creo que podría copiar tu ejemplo y pòner varios objetivos para el año que viene. Pegarlos en la pared que tengo frente a mi silla y mirarlos todos los días. A lo mejor así, me organizo mejor.
Pero es verdad que la organización es muy importante.
Un abrazo.
Hola María.
Yo, a base de darme cabezazos con las planificaciones una y otra vez, he aprendido que la revisión constante de las metas y objetivos que nos marcamos es fundamental. El principal error que cometemos (yo he caído en él cientos de veces) es anotar esas metas, pero luego no volverlas a consultar, como si por el hecho de estar apuntadas en un papel ya estuviera el trabajo hecho. Y, no, el trabajo hay que hacerlo después, pero si no revisamos constantemente nuestra planificación, no valdrá de nada haberla realizado.
Creo que es importante fijarse una serie de objetivos anuales (no demasiados, porque entonces caemos en la multitarea, que es un ladrón de tiempo terrible), nos agobiamos por la cantidad de cosas que tenemos programadas y al final nos frustramos. Hay que marcarse sólo unos pocos objetivos: aquellos que de verdad vayan a hacerte avanzar hacia tu meta final y mirarlos todo el tiempo para tenerlos en mente.
Un abrazo y gracias por tu visita y tu comentario 🙂
Me ha servido de mucha ayuda, Muchas gracias Ana
Te dejo aquí mi blog por si te gustaría echarle un vistazo http://sigueleyendo.blog/acerca-de-poesiacotidiana
Gracias, Ana. Intentaré pasarme por tu blog a echar un ojo.
Un saludo.