Con el retraso que llevo en el resumen de lecturas mensuales, en esta ocasión he decido unir septiembre y octubre en un solo post para ir desatascando un poco el asunto, por una parte, pero también, por otra, porque los últimos meses del año están siendo muy pobres en cuanto a lecturas. Tanto, que entre septiembre y octubre sólo he leído once libros. Probablemente me he dejado por ahí alguno sin apuntar, pero aun así sigue siendo muy poco.
En cualquier caso, once nuevos euros para el Tarro-Libro 2018, que anda ya gordito y con el que, al final, voy a poder hacerme con una buena biblioteca de la Editorial Impedimenta.
Vamos a por las lecturas de estos dos meses.
Lecturas de septiembre y octubre 2018
Septiembre
El heredero de Edenbrooke,de Julianne Donaldson
Si me sigues desde hace algún tiempo quizá te sorprenda que este título esté entre mis lecturas. A mí también, al menos a esta edad porque quizá en mi juventud adolescente sí que eran títulos más comunes en mis lecturas (aunque no en exceso, tampoco). El caso es que leí este título porque me rondaba una idea en la cabeza y estaba interesada en echar un ojo a lo que se estaba escribiendo en novela romántica de esta época. Y, bueno, El heredero de Edenbrooke es una novelita (lo del diminutivo se debe a que no es demasiado larga) que no está mal. Entretenida, con su historia de amor, sus más y sus menos… No sé qué mucho más contarte. Pasas el ratín y, si te va la romántica (sobre todo de esta época: principios del siglo XIX) y lo British, su sociedad, sus costumbres y paisajes, y sus mansiones, of course, (aunque te advierto que la novela empieza con el protagonista en una campo de batalla en mitad de la Guerra de lndependencia española), te entretendrá.
The Anti-Procratination Habit, de S. J. Scott
Este libro ya me lo había leído hacía tiempo, pero volví a hacerlo. Creo que ya te conté en algún otro resumen de lecturas que estoy bastante interesada en el rendimiento y gestión del tiempo, de ahí la relectura. A S. J. Scott ya lo he leído en otras ocasiones (tiene un montón de títulos) y no suele descubrir nuevos mundos, quiero decir, no hay demasiadas cosas en sus títulos que sean realmente novedosas, siempre encuentras en ellos buenos consejos. The Anti-Procratination Habit, no es una excepción en este sentido, aunque si tienes serios problemas con la procrastinación, en este libro encontrarás algunos buenos consejos. El único problema es que sólo está en inglés.
Los buenos suicidas, de Toni Hill
Conocí a este autor con la primera entrega del Inspector Salgado hace un par de años cuando compré El verano de los juguetes muertos. Aunque me gustó la primera novela, confieso que no me entusiasmó, quizá por eso he tardado tanto tiempo en leer la segunda, que ya tenía en mis estanterías (la compré al mismo tiempo que El verano de los juguetes muertos). Y, mira por dónde, Los buenos suicidas, me ha gustado más que la primera, de modo que no descarto leer la tercera, Los amantes de Hiroshima. Con Los buenos suicidas, Hill construye una novela muuuuy curiosa, con un montón de posibles sospechosos y un secreto que sabe mantener bien guardado hasta el final. Salgado, en esta novela, me cae mejor que en la primera. Es que llevo un poco mal eso de los protagonistas amargados y aunque el inspector sigue con sus problemas a cuestas, me parece que en esta segunda entrega Salgado es más llevadero en ese sentido. Al menos conmigo ha logrado empatizar mucho mejor. Entretenida y curiosa. Lo suficiente para que quiera leer Los amantes de Hiroshima.
El asesinato de cenicienta, de Mary Higgins Clark
Mira que me ha gustado a mí siempre esta mujer, pero con esta novela… El caso es que no es un horror. Es, simplemente, una novelita; en ocasiones, además, poco verosímil y el argumento podría haber dado para bastante más. No la estoy criticando en exceso. Insisto, pasas el ratín con ella, pero una Mary Higgins Clark en sus buenos tiempos le habría sacado muchísima más sustancia a la historia. He oído decir por ahí que ya no es ella quien escribe sus novelas, sino que tiene un negro que le hace el trabajo. No sé si será verdad o son rumores maledicentes de lenguas ociosas pero, si son ciertos, El asesinato de cenicienta se la ha escrito uno de ellos (a cuatro manos con Alafair Burke, que es la coautora). Me apetecía mucho volver a leer a la Clark, pero está claro que para disfrutar de ella se tiene que rebuscar entre su bibliografía más antigua. En fin… ¡Oh, dioses del Olimpo!, no permitáis que a mí me ocurra esto como escritora. Cuando llegue el final de mi creatividad y capacidades, hacédmelo saber sin paliativos. Bueno, tampoco saques las cosas de quicio, Ana: un potente analgésico también será bienvenido.
Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, de Stephen R. Covey
Un clásico que también he releído. Cuando lo cogí de mi biblioteca, encontré un marcapáginas hacia mitad del libro. No sé si porque lo dejé ahí al acabarlo o porque fue en ese capítulo donde me quedé… sin llegar a terminarlo. El caso es que en esta ocasión lo he leído del tirón. Libro recomendable, sí, aunque hay que comerse mucha palabrería intermedia que el autor podría habernos evitado. Si en la lectura anterior no llegué a terminarlo fue, sin duda, porque el libro no me llegó. Sin embargo, en esta ocasión quizá lo haya leído con otros ojos y puedo decir que tiene sus cosas interesantes. Hasta el punto de que me he comprado el librito de trabajo que lo acompaña… y del que todavía no he hecho ni un ejercicio. El problema de estos libros es que uno se los lee y luego los olvida. No pone en práctica lo que aprende de ellos y yo no quería que me pasara en esta ocasión (tras su segunda lectura a la que, como te digo, encontré más sustancia). Sin embargo, el hombre propone y Dios dispone, y también existe el problema de la falta de tiempo. No obstante, el hecho de que no haya devuelto el libro a su estante tras haberlo leído y que aún permanezca en mi mesa de lecturas junto al cuaderno de trabajo significa, si no hago una interpretación errónea, que aún tengo la oculta intención de ponerme con ello. Ya veremos…
Octubre
Maldad bajo el sol, de Agatha Christie
Una novela en la que tenemos de nuevo a Poirot como protagonista. Se desarrolla en un hotel próximo al mar, en el que, entre infidelidades matrimoniales, celos adolescentes y algún que otro ingrediente más, la escritora comete un crimen que parece insoluble. ¿Pero de verdad hay algún asesinato que se pueda resistir a las células grises de Poirot? Absolutely not! La resolución del caso es curiosa. Eso habría pensado como lectora hace unos años. Ahora, sin embargo, como escritora, me planteo una pregunta que no deja de incomodarme: «Si esa resolución se te hubiera ocurrido a ti para una de tus novelas, ¿la habrías considerado verosímil?». Y la respuesta es un no (con dudas, pero no). Lo cual me lleva a otra pregunta: «¿Por qué si lo hace Agatha Christie te parece bien y si lo hicieras tú, no?». Algún día encontraré la respuesta. De momento, si te gusta la gran dama del crimen, Maldad bajo el sol, es una novelita entretenida y con un asesinato curioso.
Los colores del asesino, de Heather Graham
Esta es otra de mis novelas “Carrefour”, es decir, de las que compro en el hipermercado cuando voy a hacer la compra, aunque para ser franca creo recordar que me hice con ella en una tienda de chinos. Novela malucha donde las haya y eso que tenía una historia a la que, creo, se podría haber sacado bastante jugo, peeeeero… la autora no es capaz de exprimírselo. Por no poder, ni siquiera lo hace con la relación romántica que establece entre los dos protagonistas, un detective privado y una psicóloga que se ve mezclada en la desaparición de una joven modelo y que en su juventud escapó por los pelos de un asesino en serie que acabó con sus amigos durante un fin de semana en la mansión de uno de ellos. Ambas tramas se entremezclan hasta convertirse en una sola en el momento de la resolución. Los colores del asesino, podría haber dado para muchísimo más. Se queda, sin embargo, en una historietita muy mediocre.
A Guide to the Good Life: The Ancient Art of the Stoic Joy, de William B. Irvine
Precioso libro. Una guía muy clara sobre cómo aplicar los preceptos del estoicismo en la tumultuosa vida de hoy en día. Desde cómo aceptar lo que no se puede cambiar, hasta cómo controlar lo que sí está en tu mano dirigir, pasando por cómo asumir los insultos sin concederles la oportunidad de que te hagan daño. William B. Irvin buscó durante años entre diversas doctrinas filosóficas y religiosas alguna que le ayudara a conducir su existencia. Tras haber probado unas y otras, acabó por adoptar el estoicismo como estilo de vida. A Guide to the Good Life: The Ancient Art of the Stoic Joy, está escrito en un inglés culto, pero perfectamente entendible. El autor, que es profesor de filosofía y ha estudiado el mundo estoico en profundidad, no sólo nos cuenta la teoría sino también cómo llevarla a la práctica a través de su propia experiencia junto a los excelentes ejemplos de grandes estoicos, como Seneca, Epicteto y Marco Aurelio.
Amos de títeres, de Robert A. Heinlein
Tenía este libro en casa desde hace unos dos millones de años esperando lectura. Cuando por fin me decidí a leerlo y reparé en el nombre del autor, me percaté de que era el mismo del que Miguel Ángel Alonso Pulido habla en su blog y que dictó las famosas Reglas de Heinlein para escritores. ¡Qué casualidad! 🙂 En cuanto a Amos de títeres, se trata de una novela de ciencia ficción que tiene lugar en la Tierra, en un futuro indefinido, aunque tal y como va la tecnología puede que no muy lejano. El problema que tienen los humanos de ese momento es que están sufriendo un ataque alienígena que se lleva a cabo de manera silenciosa y que, de no ser detenido a tiempo, acabará con la invasión de nuestro planeta por parte de una especie extraterrestre. La historia me recordó una antigua película (de las que estaban todavía en blanco y negro) que vi en mi adolescencia y que me produjo entonces un enorme desasosiego: La invasión de los ladrones de cuerpos (aquí el tráiler). Serán los años, que una ya va siendo talludita, pero la novela no me ha producido el mismo efecto. Historia curiosa y entretenida que no está mal escrita, pero a la que le falta algo que no sé definir… Quizá es que la manera en la que está escrita no ha envejecido bien con el tiempo, aunque no estoy muy segura.
On, Off, de Colleen McCullough
La escritora es la autora de la famosa novela (y más famosa aún serie de televisión) de El pájaro espino. On, Off no tiene nada que ver con esta. Se trata de una novela policíaca que me ha gustado bastante, y eso que me costó entrar en ella (pero no por culpa de la novela, la falta de concentración fue cosa mía). En un laboratorio de investigación neurológica se descubre el cadáver de una joven, dispuesto a ser incinerado junto a los cuerpos de los animales con los que se experimenta. Lamentablemente, al cadáver le falta la cabeza. Cuando la investigación comienza a desarrollarse, se descubrirá que esta chica puede no ser la única víctima: a lo largo de los últimos meses, otras jóvenes con un patrón similar (físico, creencias religiosas, tipo de familia, etc.) han desaparecido y sus cuerpos nunca se han encontrado. En On, Off, se plantea una buena investigación, dentro y fuera del laboratorio, con un grupo de personajes muy nutrido y variopinto del que la mayoría son sospechosos. La relación romántica que nace a la sombra de la investigación entre el detective que lleva el caso y una de las empleadas del laboratorio es agradable y, desde luego, mucho más creíble que en el caso de Los colores del asesino. No es una novela policíaca de las que se me quedarán grabadas en la memoria, pero sí que la he disfrutado.
Otoño precoz, de Louis Bromfield
Última novella del primer tomo de premios Pulitzer que heredé de la biblioteca de mi tía. Ya tengo preparado el segundo para las lecturas de 2019. Louis Blomfield era un autor que ya conocía. Entre otras, había leído La casona, Vinieron las lluvias y Noche en Bombay, que recuerde así, de memoria. No es un autor para todos los públicos. Sus novelas son lentas, de esas que vas degustando poco a poco, y, por supuesto, son de otro tiempo. Con Otoño precoz me ha costado mucho entrar en la historia (pero, una vez más, tal y como te contaba con On, Off se ha debido a que mi cabeza estaba pensando en otras cosas). Otoño precoz es una historia sobre el alma humana que hay que leer con sosiego y lentitud. Es una novela, además, de las que aprendes muchísimo como escritor. Cuando Miss Hurst habla en Las inquilinas de Netherfiel acerca de Un cadáver muy frío y dice de ella que: «La narración es de esas que esconden complejidad detrás de una apariencia sencilla, de las que se leen con gusto, que está cuidada y es ágil y pulcra […]», no puedo sino admitir que lo bueno que tenga mi narración (con esa complejidad aparentemente sencilla, cuidada y ágil) se lo debo a lecturas como Otoño precoz. Yo antes leía muchísimas novelas de este tipo y creo que es lo que más me ha ayudado a mejorar mi escritura. También creo que debería volver a estas lecturas, porque estoy empezando a sentirme muy contaminada por libros que no están bien escritos y que acabarán pasando factura a mis textos. Otoño precoz no es una novela para todos los públicos, como decía antes, pero sí para mí (y para ti si quieres ser un buen escritor).
Conclusión
Dos meses no especialmente buenos en cuanto a lecturas, aunque hay algunas cosillas que se salvan. Me quedo con Los buenos suicidas, A Guide to the Good Life, On, Off y Otoño precoz. Creo que también haré una única entrada para noviembre y diciembre, porque el tiempo se me echa encima y el año se acaba. El undécimo mes también ha sido uno parco en lecturas y aunque diciembre está yendo un poco mejor, tampoco es como para echar cohetes, pero eso te lo contaré en el próximo post dedicado a las lecturas.
Hasta entonces, sé un lector ávido y feliz 🙂
Mir que gracias… han sido unos meses pobres de lecturas, entre septiembre y octubre sólo he leído 11 libros….bla, bla, bla… ¿SÓLOOOOOOOO? Madremíadelamorhermoso eso es mucho con el estrés de vida que llevamos…
el primer libro me ha gustado, lo apunto, tal vez no lo lea en la vida, porque has acabado su lectura y ha pasado por tu vida sin pena ni gloria, pero por si me acaban las lecturas pendientes jajajaja.
el 2º sería ideal para mí, aprender a gestionar el tiempo, aunque no creo que me sea útil porque mi día tiene las horas que tiene, las de trabajo son las que son y el resto, entre labores poco agradecidas y dormir se me va la vida, así que en el fondo estos libros no son para mí. (esto aplicable al 5º
Toni Hill me suena de otro libro, pero no acaba de convencerme su historia, los protagonistas amargados tampoco me gustan. La Sra. Starling me gusta mucho más.
Hace años leía todo lo de Clark, este año leí uno que no recuerdo el nombre y fue muy flojito, este lo descarto. No parece ni la misma escritora.
Aghata… hummmm… podrías hacer una entrada comparando ese libro con tu posible final es muy interesante la duda que se te plantea.
Yo antes también compraba libros en Carrefour, ya no, hay que dar de comer al librero, pobriño… los supermercados están para vender alimentos, no libros, ni colchones, ni bombillas, ni neumáticos.
el 6º ¿qué es para ti una novela mala? ¿por qué?
el 7º no lo voy a leer no me gusta la ciencia ficción.
On, off tiene buena pinta. Vaya cambio de registro de la escritora…
Me ha gustado mucho tu punto de vista de otoño precoz, no la he leído, pero como a ti, yo también he perdido el rumbo con mis lecturas, a veces cuando termino un libro pienso ¿pero qué estabas pensando cuando lo elegiste alma de cántaro?
A mí no me parece que hayas tenido malos meses, variados sí, con lecturas agradables, normales, pero no malas salvo una… tendrías que ver las mías… 😉
¡feliz Navidad Ana!
¡Besos!
Hola Raquel, qué bueno tu comentario 🙂
El primer libro es una historietita de amor que no va más allá de eso: amor, escenario muy British y con trama bastante común, pero entretenidilla. En cuanto a los libros de Toni Hill, a mí el primero del inspector Salgado no me gustó demasiado (tampoco me disgustó). Este segundo me ha gustado más. Clarck ha bajado muchísimo. Tengo entendido que los últimos títulos se los escribe un “negro”. No sé si será verdad, pero desde luego este título deja bastante que desear. Muy alejado de sus primeras obras.
Con respecto a “Maldad bajo el sol” ATENCIÓN VOY A DESTRIPAR LA NOVELA: el problema que le veo es que quienes descubren el cadáver son el asesino y… la futura víctima. Sí, el cadáver no es tal. Está vivo y es una treta para llevar allí a la víctima a quien se van a cargar de inmediato. Lo que me pareció inverosímil (lo digo porque si se me hubiera ocurrido a mí probablemente habría descartado la idea precisamente por eso, por su inverosimilitud) es que la víctima no se percate de que el “cadáver” no está muerto. Sé que se puede montar de tal forma que acabe siendo creíble, quizá ahí radica mi problema, que Agatha ha sabido hacerlo y quizá yo no sabría. FIN DEL DESTRIPE.
En cuanto al 6 y tu pregunta: ¿qué es para mí una mala novela? En este caso: falta de tensión, ritmo inadecuado, personajes planos, relación romántica inverosímil y no sé si me dejo algo más. Ah, sí, diálogos que a veces se desarrollan de forma tan infantil que parece que la novela la ha escrito un adolescente. Lástima, porque la idea de la trama era buena y podría haber dado para mucho más.
A mí este tipo de ciencia ficción tampoco me va mucho, la verdad.
Y en cuanto a Otoño precoz, tengo que volver a este tipo de lecturas. Voy a ver si con los libros de 2019 soy mucho más selectiva.
Muchísimas gracias por tu comentario 🙂 Y por pasarte a leer.
Feliz Navidad y seguimos viéndonos por Twitter, en tu blog y en tu canal de YouTube.
Besotes mil.